venres, 24 de novembro de 2023
Como ya es habitual, Fundación Excelentia propone música de diversos estilos, siempre con calidad, e intensifica sus sugerencias al aproximarse los días navideños y vacacionales. Ópera, música clásica, guitarra y piano con grandes solistas, zarzuela y, naturalmente, una de sus exclusivas, la mejor música de cine, llenarán el Auditorio Nacional de Música de Madrid los próximos días y otros escenarios en varias ciudades españolas... e incluso en Lisboa.
El 20 de noviembre a las 19:30 toca el turno a una de las grandes óperas de todos los tiempos, tal vez la más popular, la célebre Traviata en el Teatro Lope de Vega de Madrid, en versión escenificada, con Excelentia Vocal Ensemble y la Orquesta Clásica Santa Cecilia bajo la dirección de Kynan Johns. Dos días después, el 22, llegan dos de las mejores piezas musicales de la historia, la popular Sinfonía número 5 de Beethoven y el alegre Concierto para violín y orquesta número 4 de Mozart, también con la Orquesta Clásica Santa Cecilia y con la hispano norteamericana Alexis Hatch al violín. El 26 de noviembre a las 11:30 en la Sala de Cámara hay cambio de estilos, con el homenaje a Paco de Lucía, con Alejandro Hurtado a la guitarra y Andrés Barrios al piano. El domingo 3 de diciembre hay doblete. Por la mañana, a las 12:00 y en el Teatro Lope de Vega vuelven, una vez más, los genios de la música de cine, con las mejores bandas sonoras de Ennio Morricone, Hans Zimmer, John Williams y Joe Hisaishi. Por la tarde y ya en la Sala sinfónica del Auditorio otras dos obras maestras de la historia de la música: Concierto para violín y orquesta en re mayor, op. 35 de Tchaikovsky y la impresionante Sinfonía núm. 5 de Mahler, también con la Orquesta Clásica Santa Cecilia, dirigida por Juan Pablo Valencia y con el joven violinista norteamericano Kevin Zhu, que comenzó sus actuaciones con solo tres años y suele tocar un violín Stradivarius de 1722.
Cuatro notas universales
La obra de Ludwig van Beethoven incluye algunas de las melodías más feroces, taciturnas, macabras y hermosas jamás plasmadas en papel. Entre sus piezas más famosas se encuentra la Quinta Sinfonía en do menor, considerada la sinfonía más famosa del mundo, que encarna cada una de estas cualidades que confirman a Beethoven como un virtuoso inigualable de su oficio. Su apertura es feroz, amenazante, urgente. Una composición de dos siglos de antigüedad que no ha envejecido ni un día. La sinfonía comienza con el motivo musical más famoso de todos los tiempos. Es dramático y trágico: manifiesta su presencia con una condena audaz. Lo que hace que este motivo sea tan icónico es su simplicidad. Son literalmente cuatro notas tocadas en sucesión y luego el mismo patrón de cuatro notas un paso más abajo.
Aunque la Quinta Sinfonía se considera una de las mejores obras musicales de Beethoven, en el momento de su estreno los contemporáneos del compositor todavía estaban enamorados de su Tercera Sinfonía, la "Heroica". Poco a poco, la comprensión de la pieza creció a medida que el público empezó a asociarla con la vida y el estilo musical de Beethoven. La sinfonía siguió ganando popularidad y ahora se utiliza comúnmente en conciertos inaugurales de nuevas orquestas, así como en toda la cultura popular. Beethoven comenzó a componer la pieza en 1804, aunque varios otros proyectos le obligaron a posponer su escritura. La Quinta Sinfonía se estrenó con la Sexta en el concierto "maratón" de Beethoven y estuvo dedicada al Príncipe Lobkowitz y al Conde Andreas Rasumovsky. Los músicos con poco tiempo de práctica fallaron durante la actuación.
La inspiración de “Muerte en Venecia”
Las primeras cuatro sinfonías de Mahler se desarrollan a partir de la naturaleza y el canto, mezclando a la perfección la voz humana con la orquesta y abrazando asociaciones programáticas. Con la Quinta Sinfonía emerge un estilo nuevo y estimulante que es, por momentos, más gélido, austero y puramente orquestal. Puede que Bach, Mozart y Beethoven todavía sean los favoritos en las salas de conciertos clásicas, pero probablemente en los últimos tiempos sea más popular el compositor y director de orquesta austriaco Gustav Mahler (1860-1911). Su música es tan dinámica, tan diversa, tan melódica y tan instantáneamente reconocible que ha sido la favorita de muchos aficionados durante más de cincuenta años.
La Sinfonía n.º 5 surgió durante un período de cambio personal para Mahler. Había disfrutado de un gran éxito como director de la Filarmónica de Viena, pero se vio obligado a dimitir en 1901 tras caer gravemente enfermo. Hacia finales de año, su suerte volvió a cambiar cuando conoció a Alma Schindler, una joven inteligente y artística con quien se casó en 1902. Quizás fue este inesperado roce con la mortalidad, yuxtapuesto con el descubrimiento del amor verdadero, lo que dio tanta intensidad al Adagietto que se hizo muy popular en el final de la película “Muerte en Venecia”. En busca de una pieza musical que hiciera eco de eventos similares en la pantalla, Visconti no solo usó la música de Mahler, sino que también se tomó la libertad de convertir al personaje principal de Muerte en Venecia, Gustav Von Aschenbach, de escritor a compositor.
Visconti utiliza hábilmente el Adagietto para rematar la película. Crea un ambiente melancólico cuando el barco de Aschenbach llega a Venecia en la inauguración y regresa cuando el compositor muere bajo la lluvia. Pero, por supuesto, hay mucho más en esta sinfonía de cinco movimientos que el exquisito Adagietto. La Quinta es la primera de las sinfonías de Mahler en la que abandonó un enfoque programático; de modo que, en lugar de dictar lo que la música debería significar para nosotros al proporcionarnos algún tipo de narrativa, la música sugiere una especie de drama personal interno. El crucial Adagietto forma un eje sobre el cual la tragedia se convierte en triunfo.
Sobre Fundación Excelencia
La Fundación Excelentia es una fundación privada sin ánimo de lucro que desarrolla sus actividades en el campo de la cultura. Nace para contribuir a la promoción del patrimonio lírico-musical e impulsar la creación y representación de las artes musicales en todas sus variedades adoptando y aunando las iniciativas necesarias para que se cultiven en libertad y perfeccionamiento permanentes. Son objetivos primordiales de la Fundación la difusión y divulgación de la música y el cultivo de nuevos valores musicales. Entre sus actividades fundamentales se encuentra la organización del Ciclo de Conciertos Excelentia que tiene lugar en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música de Madrid. Promocionando este ciclo la Fundación pretende acercar la música de calidad a todos los públicos con un amplio repertorio.
Además de su apuesta por hacer llegar la música clásica y otras músicas a todo tipo de públicos en distintos lugares de España, la Fundación tiene un fuerte compromiso social y por eso organiza también seminarios, mesas redondas, simposios, conferencias, concursos y cualquier otro tipo de reuniones sobre los temas que constituyen los objetivos de la Fundación. Así mismo, y para el mejor cumplimiento de sus objetivos, la Fundación Excelentia desarrolla un fuerte proyecto educativo que incluye conciertos pedagógicos para niños, ayudas para la formación musical, cursos de música para niños y conciertos benéficos. En su búsqueda comprometida a través del arte y consciente de que la música es un lenguaje para la paz, la Fundación Excelentia desea transmitir a través de su trabajo los valores universales de la armonía y la escucha que tanto ennoblecen al ser humano.
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